Hablemos de webcómics

Hablemos de Dioses y otras tonterías, DISTOPY Jenny y Don't cry for me, I'm already dead

Aquí vuelvo con una ronda mucho más interesante. Son tres títulos variaditos y cada uno interesante por sus propias razones, así que creo que a quien más a quien menos, le interesará al menos una de las críticas. Amos allá.


Dioses y otras tonterías http://diosesyotrastonterias.subcultura.es/

Mi primero que me pregunto a la hora de escribir un artículo de Dioses y otras tonterías es si queda algo que decir del webcómic. Más aún cuando, sin que esto sirva de queja, tampoco hay tanto que decir. Son tiras humorísticas sencillas que siguen el esquema más clásico del mundo del webcómic: chistes de tetas y dominación mundial mientras combinan fantasía, ciencia ficción y referencias a Lovecraft con comedia de compañeros de piso. Es simple y es consciente de lo que quiere hacer, y con ello es efectivo. Cuando lo leo no dudo en absoluto de que zeentury está haciendo el webcómic que le gusta y se lo pasa bien con ello. Tras pasarnos años diciéndole a la cantera de autores que lo principal es hacer un cómic que te divierta va uno, nos hace caso y resulta que funciona. ¿Quién lo habría imaginado? Y quiero hacer un apunte rápido sobre esto de los gustos personales: se le nota que le gusta el femdom pero no deja que devore el guión de manera infame y le queda gracioso, que es algo que no puedo decir de otros webcómics de los que hablaré en el futuro.

A mí Dioses y otras tonterías me divierte y sólo tengo dos pegas fundamentales. La primera, lo exagerado que puede ser a veces el volumen de texto plagado de chascarrillos laterales a la conversación entre los personajes. Al limitar el dibujo con un plano fijo en el que recicla los dibujos es comprensible, pues lo que no puede hacer una parte lo tiene que compensar la otra. Aunque hay veces que de tanta charra que mete tiene que sacar a los personajes fuera de la viñeta para hacer sitio al texto. La segunda que ya se lo dije a la cara hace mucho tiempo es el cuerpo único que dibujaba para las mujeres. Que una cosa es que sólo haga pibones y otra que sólo haga a una chica con distintas pelucas. Y mira por donde, haciendo revisión del principio y el final del archivo es algo que ha cambiado. Comparado con la variedad de hombres que hace no es haya unas diferencias brutales, pero mola que haya distintos tipos de chicas guapas. De hecho, ya son más variadas que en un cómic estándar de Marvel o DC. Así que la segunda pega más o menos podemos tacharla.

Y eso es todo. Hay mamporros, chistes tontos y tetas. No es el mejor webcómic del mundo pero tampoco está mal. Igual te hace gracia o igual no. A mi al menos me gusta.


DISTOPY: Jenny http://distopyjenny.subcultura.es/

Hablar de este cómic me entristece por una cosa. Da igual cómo lo intente, no puedo transmitir con palabras su magia, las emociones que transmite cuando es leído. Su mera descripción no puede explicar el cómic, pues es una experiencia que debe ser vivida. Empezando por el título. Según la cabecera se trata de Dystopy, según el título de la web y la URL es DISTOPY: Jenny, según la portada es Distopy a secas. Pero distopía en inglés no es ni dystopy ni distopy, se dice dystopia. Va a ser uno de esos cómics, camaradas.

La historia comienza con la fusión política de México y Japón formando un único país. A pesar de que no tengan fronteras en común y les separen unos 10.000 km. Con el trabajo científico conjunto de ambos países, crean ciudades robotizadas gestionadas por un cerebro electrónico central, como es el caso de Guadalajara. Sin embargo un bug fatal rebela a los robots contra los humanos convirtiéndolos en ciudades fantasma en ruinas. Y ahí es a donde nos lleva la historia, a las ruinas de Guadalajara en el año 2083. Por suerte, la ciudad cuenta con un rayo de esperanza.

Jenny es una chica mejiconesa con cuerpo de Megaman pero que conserva una cabeza de Vocaloid. Batalla cada día contra el ejército de robots para liberar Guadalajara. Esa misma noche planea el asalto final al centro donde se encuentra el robot central y así acabar con el futuro infernal que aterroriza a los mejiconeses. Pelea contra dos o tres robots y continúa su camino hasta llegar a la plaza central donde reside el jefe final. Una vez allí, y tras ser detectada por el robot gigante, este le ordena a Jenny que se orille a la orilla.

Jenny en una maniobra suicida, usa su última celda de poder para super-cargar su cañón de energía. Jugándose la vida, esquiva los ataques del robot gigante para destruir el generador que lo mantiene activo mientras le insiste que debe orillarse a la orilla.

Jenny logra su objetivo, aunque no sin heridas. Tras traer la luz de nuevo a Guadalajara, sus habitantes toman de nuevo las calles y recuperan el cuerpo de Jenny para restaurarla. De paso, convierten su armadura en un objeto de coleccionista. Para añadirla en un DLC o qué se yo.

Y así es como se soluciona el Apocalipsis tecnológico y la extinción de la humanidad en apenas veinticuatro páginas. Pero esto no acaba aquí. En la descripción nos avisa de que es la precuela de otro cómic, GDL2133. Que por supuesto no existe. Qué inesperada sorpresa, en efecto. Lo más que hemos logrado encontrar sobre dicho proyecto son estos dos dibujos (1 y 2) en el que en uno de ellos podemos ver a una Vocaloid con armadura de Saint Seiya. La descripción de dicho dibujo parece relacionarlo con otro proyecto suyo llamado Fuwa Fuwa Paradise, que son 4komas de chicas de instituto más cercanos a Lucky Star que a un shonen de robots. Y Vocaloids. No me preguntéis más, sé exactamente lo mismo que vosotros.


Don’t cry for me, I’m already dead https://mega.nz/#!OJRmUIDD!hQocVJn5gTY4S8A2vun9gVXeDywmx8T4jh-8_AqsNCM

No sé si podemos considerar Don’t cry for me técnicamente un webcómic. No sé si fue publicado en Internet originalmente, pero sí que ha sido compartido por terceros con posterioridad. Y además es la hostia, así que qué más da. En el peor de los casos es una gran excusa para que conozcáis este cómic.

Don’t cry for me es una historia corta escrita y dibujada hace años por Rebecca Sugar, famosa por su trabajo en Adventure Time y Steven Universe. Lo primero que choca es el acabado detallista con perspectivas y entornos perfectos que enmarcan a seres humanos caricaturescos que, aunque lejos de compartir el estilo de Steven, sí tienen las caras derretidas propias de Rebecca. El trabajo de caricaturización es impecable, dándoles un rango emocional y una capacidad expresiva mucho mayores que los de una cara realista, lo que consigue trasladar todo el impacto emocional de la historia.

El propio guión consiste en su mayoría de una lista ordenada de frases de Los Simpsons. El genio de la autora a la hora de darle un contexto a través de la narración gráfica consigue convertirlo en una historia dramática en la que explota al máximo dichas referencias archiconocidas para generar el efecto de anticipación que aporta la tensión a una historia. El ritmo de la introducción, nudo y desenlace y la elección de las transiciones entre viñetas también es perfecta. Es difícil encontrarle algo malo a este cómic. Es una lectura recomendada para cualquiera que tenga un mínimo de interés en los cómics.


Cuando pueda regresaré con el resto de rondas, que vienen todas cargaditas. Madre mía, la que nos espera.