A Friki’s Life es uno de los webcómics en español más añejos que nos podemos encontrar y prácticamente un clásico de la escena. Aunque a simple vista no aparenta los años que tiene, ya que regularmente el autor borra el archivo y empieza de cero. Empezó como un webcómic en Blogspot hasta que con unas ochenta tiras se cansó, se deshizo de él y se montó una web propia con el mismo nombre. En ella empezó la segunda iteración de A Friki’s Life siguiendo el mismo estilo de chistes y alcanzando las doscientas páginas. Luego vino No Hay Papel, que iba de hacer chistes sobre ser un webcomiquero novato pero se convirtió en otro A Friki’s Life. Suelo contarlo como el tercer capítulo de AFL, pero para simplificarlo lo dejaré fuera de la discusión. Finalmente, en el 2014 desaparecieron las páginas de A Friki’s Life 2 e inició la tercera (o cuarta) versión del webcómic.
¿Y cómo explicar ahora mi impresión del webcómic? Creo que me quitaré la parte más difícil de en medio: tampoco me gusta tanto. Por cada página que es graciosa hay cuatro o cinco en las que el autor explica a cámara que Batman no tiene superpoderes, Góngora y pikachu salen dibujados a la vez porque estrenan Alien Vs Predator o que un tipo inventa una máquina fabrica arcoiris y caramelos y eso es la broma entera. La sensación final es que es gracioso, pero no tanto y con muchos altibajos.
La fórmula que usa para los chistes tampoco tiene mucho más. Se improvisan cosas absurdas, de vez en cuando describen lo que ven o sucede en voz alta y de tanto en tanto empiezan una historia que a la décima página es olvidada. El problema viene cuando las cosas absurdas improvisadas en realidad no se distinguen tanto unas de otras. Esta es la primera tira de AFL 1:
Esta es la primera tira de AFL 2:
Esta es una de las últimas tiras de AFL 3:
Durante diez años lo que ha cambiado es que dejan de salir los colegas del autor como personajes y que dibuja algo mejor las páginas. Al menos si te gustan los chistes tal como son, pues sabes que te va a gustar siempre el cómic. Si no, pues no. No sé qué más decir, me pasa siempre cuando las cosas no son ni tan malas ni tan buenas. De Animal Man o Mad Love me puedo tirar un rato hablando de por qué son brillantes y ya visteis la crónica que me salió con Alianza Tecnológica. Pero cuando están ahí en el medio, pues nada, no sé cómo explicar que no destacan. Tendré que practicar y ensayar con eso.
XDComics es uno de los webcómics en español más añejos que nos podemos encontrar y prácticamente un clásico de la escena. Aunque a simple vista no aparenta los años que tiene porque la web se reconvirtió en la foto de un gato. Por suerte el enlace que os he dejado lleva a la primera tira de la dirección oculta del webcómic para que podáis leerlo.
Comenzó como una especie de sitcom sobre un inútil que entraba a trabajar en una compañía de videojuegos, pero tras hacer un par de tiras sueltas los autores se dieron cuenta de que al público le gustaba más ver a ambos discutiendo sobre videojuegos que al protagonista del cómic. Antes de que la cosa llegara a la segunda decena de tiras se deshicieron de la premisa y comenzó el verdadero XDComics, con chistes sueltos sobre videojuegos, su industria, temas relacionados y la ficticia vida en común de ambos autores como compañeros de piso.
Las tiras en sí suelen partir de ideas no muy buenas y muchas veces el golpe final no es muy espectacular, pero los diálogos que desarrollan en el durante sí que son ingeniosos y es en donde reside el característico humor de XDC. No quita que de vez en cuando haya páginas dudosas en el inicio de la carrera, como cuando deciden imitar a Bleach, pero a medida que avanzan son cada vez más y más raras y disfrutamos de los intercambios entre el polisilábico Monroe y el sufrido Pelopincho.
Cuando se acercaron a las doscientas tiras decidieron arriesgarse escribiendo una pequeña historia más seria y dramática entremezclando ciencia-ficción y un triángulo amoroso entre Monroe, Pelopincho y una secundaria. No está mal del todo, aunque es un poco extraño el fenómeno. Aparece tan de golpe que el único aviso para que ocurra es una tira anterior en la que anuncian que harán eso, las pocas páginas de las que consta están entremezcladas con tiras sueltas normales y guestcómics y encima quedó a medias con un cartel de continuará. No mucho después, justo tras la página 201, XDC cerró sus puertas.
Un par de meses después volvió, actualizó con cuatro páginas (una de ellas era en realidad una colección de fotos de una quedada) y volvió a cerrar jurando que pasaban página. A pesar del traspiés, cerraron cuando estaban por todo lo alto y dejaron un buen recuerdo del webcómic.
Tres años más tarde XDComics resucitó. Otra vez. Creando lo que sería el tercio final del archivo antes de desaparecer sin decir ni adiós. Al principio las tiras más o menos se mantienen, pero cuando ya lleva un tiempo la cosa decae y llega un momento en el que las tiras carecen de chiste porque las anécdotas que las inspiran ya les parecen lo bastante graciosas. Por ejemplo, tenemos una aclarando que hay un juego que en modo fácil es fácil:
La cosa desciende hasta convertir el cómic en la cuenta de Twitter personal de los autores. ¿Para qué hacer un chiste cuando puedes decir que Kojima ha dicho una gansada o que en un juego sale una frase muy estúpida del mismo modo que lo harías en un tweet desde el móvil?
Uno de los tweets es tan críptico que se trata de un disimulado cartel pidiendo que leas el blog para entender de qué habla y qué quiere decir.
Claro que no siempre cabe el guión en 140 caracteres, como esta amenaza de muerte a Kojima si el próximo juego que haga no le gusta. No tengo del todo claro cuál es el gag.
Poco a poco te vas dando cuenta de qué ha cambiado en el webcómic y por qué no funciona como antes. Y es que en la etapa clásica el principio y el final de los chistes no eran para morirse, pero al último tramo de páginas le falta la parte del medio, las charlas y estupideces que decían entre la presentación y el punchline y que hacían gracioso el cómic. Resulta que esto era XDC si le quitabas los rellenos. Algunas tiras de la época “nueva” siguen siendo graciosas, pero no diría que compensan.
¿La página final que da broche (por tercera vez) a la obra? Una página de Monroe quejándose de que un blog no tan conocido que no le importa a nadie de una tía que se hace fotos del escote lo leen demasiadas personas y los tíos son demasiado educados en los comentarios. Una vez llegados hasta aquí tengo que decir que no me disgusta que XDC se fuera, sólo la forma en la que se fue. Por mi parte, los lectores del futuro que todavía no hayan conocido XDC pueden leerlo pero pueden sentirse libres de dejarlo tras la página 207.
Freaks es uno de los webcómics en español más añejos que nos podemos encontrar y prácticamente un clásico de la escena. A simple vista aparenta los años que tiene porque nunca ha borrado tiras y se puede seguir encontrando y leyendo sin pegas. Además no resucitó tres o cuatro veces, así que sólo existe un Freaks. Antes de continuar debo advertir una cosa en nombre de la ética en el periodismo de los webcómics. Freaks está empatado junto a otro título como primer webcómic que leí y le tengo un cariño especial. Cabe la posibilidad de que mi juicio no sea del todo objetivo.
Las páginas van sobre un grupo de frikis aficionados a los juegos, el rol, el manga, los cómics, las películas, etc que deciden buscar a una nueva chica que sumar al grupo para equilibrar la dinámica. Esa chica llega en forma de Alba, estudiante de periodismo a la que le da repelús que la etiqueten como a una friki estereotípica que decide unirse al grupo para realizar un trabajo para sus clases. Cuando termina el trabajo, resulta que ya se ha hecho amiga de verdad de la panda y no se ve capaz de separarse de ellos.
Claro, Freaks es un ejemplo de manual de “mi primer webcómic”. Empezó dibujándolo en la uni, va de un grupo de frikis veinteañeros y hay referencias a la cultura pop. Dan ganas de salir corriendo. Sin embargo Freaks no es uno de esos cómics que se sienten orgullosos de presumir de referencias. Los personajes no disfrutan gritando lo especiales que son por leer cómics. A veces hasta me pregunto si lo de que a Alba no le guste que piensen que es friki es precisamente por ese tipo de cosas. Eso no quita que de vez en cuando salgan páginas que son pura referencia, pero son algunas y no una detrás de otra detrás de otra como si se midiera un pene virtual.
El humor surge la química entre los personajes. Cada uno tiene su personalidad y sus gustos y se generan diferentes relaciones entre ellos. Por otro lado, el autor es ingenioso. Ingenioso de verdad. Así podemos pasárnoslo bien por cosas tan anodinas como que dos de los amigos se encuentran por accidente en un karaoke o porque otro ayuda a sus padres en la pescadería. Es un webcómic que cuando lo releo me vuelvo a reír.
Desgraciadamente se quedó en la mitad de algo hace cinco años cuando dejó de publicar. Después de todo, Aitor está ocupado dibujando y animando para gente que le paga por su habilidad. No queda si no resignarse, aunque esté inconcluso al menos fue bonito mientras duró y tengo sus libros de RIP y Dark Lord. Y si un día de verdad hace el libro de Freaks, ay. Ay.
Además tengo un problema que me obliga a dibujar a Eva Bismo cada vez que leo de nuevo páginas de Freaks y eso me provoca un complejo de fan desagradable.
Maldita sea.