Ya hemos llegado a Ava’s Demon, posiblemente el mejor de la lista de webcómics que elegisteis para que charlara un rato de ellos. Empecemos hablando de su estructura, sin duda su cualidad más característica. La autora estudió animación y trabajó en Pixar y Dreamworks antes de empezar su webcómic, y eso se nota.
La web muestra una única viñeta en todo momento y la historia se desarrolla fotograma a fotograma en lugar de página a página. Crea un continuo de naturaleza cinematográfica en donde a la vez que unas escenas se transforman en otras lo hacen las paletas de colores. Gracias a su estructura viñeta a viñeta, cambian ante nuestros ojos sin darnos cuenta.
El color es importantísimo en la obra. Expresa el ambiente del lugar, las emociones de los personajes, dónde empieza y dónde acaba una escena o los tonos de voz. Cada personaje tiene una gama de colores distinta y única que nos habla de su personalidad y danza junto a las de los otros compañeros de reparto en función de sus relaciones o contrastan con los escenarios a los que no pertenecen. El color es parte de su lenguaje y sería imposible hacer Ava’s Demon en blanco y negro.
Compartimentar de esta forma cada viñeta que impide que desplacemos los ojos y nos separemos de la noción de longitud le permite crear secuencias de los personajes avanzando silenciosamente por escenarios o corredores propias de la animación. De ponerse en forma de páginas o de lienzo infinito marco tras marco, sería desagradable, cansado y marearía. A menos que haya remaquetado por completo la versión impresa, supongo que el libro es un objeto de coleccionismo más que otra cosa. Michelle cogió un formato en el que no se puede hacer un cómic y lo hizo funcionar hasta tal punto que Ava’s Demon sólo se puede entender como webcómic aprovechándose de las peculiaridades de la web. Haciendo una historia única que necesita de su formato para ser. Cualquiera que conozca mi cariño por La Historia Interminable o Kid Radd se dará cuenta de que es una característica que aprecio sobremanera en una obra.
Y una vez creado un sabor y dinamismo cinematográfico, recoge otros recursos narrativos de la animación como la yuxtaposición de planos para seguir hablándonos sin palabras. Michelle tiene una forma distinta de comprender la narración secuencial y eso le permite contar cómics de una forma distinta a otros.
Si en ocasiones soy muy desagradable con respecto a aprender a leer un cómic y separarlo del arte de la ilustración es porque hay muchas cosas bellas que encontrar y que pasan desapercibidas si nos las miramos. Y Ava’s es hermoso.
El guión no se queda atrás dando alma y aire a una premisa básica repetida y casi de videojuego. Los conflictos giran en torno a una emperadora que tiranizaba su planeta y un autoproclamado dios que en nombre de la fe y la caridad conquista planeta tras planeta. Lo interesante aquí es el desarrollo de los personajes que hace que no existan buenos ni malos. Todos nadan en distintos tonos de gris, sea la tirana, el dios benefactor o los peones que se ven en medio de la lucha. Todos tienen una faceta que puedes entender y respetar y unos motivos egoístas que les pueden empujar a traicionar o abusar de otros. Son como las personas reales.
La personalidad de los distintos actores y actrices se basa en los pecados capitales, pero sin seguir la ruta más fácil. Así por ejemplo los que están basados en la lujuria en lugar de ser pervertidos son personas enfermas de amor o que intentan descubrir lo que es ser querido por un príncipe azul. Si hay algo importante que todo autor debe saber es que tener un mínimo de imaginación es fundamental. Así da igual que la historia trate de reunir Los Siete McGuffins para derrotar al malo malísimo o que los personajes sean una enumeración de clichés. Con algo de imaginación cualquier historia puede ser fascinante y esconder que todos los cuentos son iguales.
Se lo recomiendo a cualquiera que tenga interés en leer algo divertido y agradable, le gusten los cómics, tenga curiosidad por ver si un webcómic puede ser algo nuevo y diferente a sus padres los cómics como el cine lo es al teatro o, qué se yo, quiera ponerse a aprender inglés por las duras con algo más divertido que my tailor is rich. En caso de que a alguien le tirase para atrás el nivel de dibujo inicial y la lentitud de la web, la calidad gráfica no hace si no mejorar tras convertirse en el trabajo y forma de sustento de la autora y la navegación ha mejorado una barbaridad a base de perfeccionar su web.
Eso ha sido casi todo. Ya sólo queda otro artículo.