Hablemos de webcómics

Hablemos de Elfangor y sus paridas, La mujer lobo y Sonichu

Poco a poco llegamos al final de la lista. Hagamos otro sprint para la recta final.

Elfangor y sus paridas http://elfangor.org/paridas/

Webcómic añejísimo del WEE y uno de los ejemplos ideales para ver la esencia de cómo eran los webcómics primerizos en los viejos tiempos. El dibujo es el de una persona que coge un lápiz por primera vez en su vida porque básicamente es verdad. Pasa por todos los errores clásicos que cometemos todos las primeras veces como el fastidioso reborde blanco en la tinta al colorear en la misma capa con el bote de pintura, poner codos a la altura de los hombros, colorear con el spray de paint, poner codos a la altura de las muñecas o pegar fotos recortadas sobre las camisetas en vez de dibujarlas. Aunque una cosa que no hace nadie es romper los colores, pero no sé cómo él lo conseguía.

Imagen 1

Eran días duros para conducir hasta que los arreglaban. Con el tiempo y ganas lo fue mejorando hasta llegar a niveles aceptables. No buenos, pero aceptables.

En guión no mejora. La cosa empieza con anécdotas del trabajo en el parking de su pueblo y luego se convierte en anécdotas frikis del autor, su amigo linuxero, un robot y una chica gato. Aunque eso sólo es así en premisa, porque en realidad sólo sale el autor y pierde el tiempo con, por ejemplo, una saga de trece páginas de los personajes de Naruto jugando a tirar un duro. A medida que pasan las páginas hay más ganas de presumir de referencias que de pensar chistes, hasta llegar a la secuela del webcómic que pretendía arreglar esos problemas de base en la que para que una viñeta tenga sentido tienes que saber que imita una escena de la película basada en el manga Koroshiya Ichi. ¿Pero quién no sabe eso, verdad?

Sin embargo Elfangor y sus paridas es importante dentro de nuestra historia. Durante años cada vez que alguien decía que no se atrevía a hacer un cómic porque dibujaba fatal o no sabía hacer chistes la respuesta era “Si él puede, tú también”. Y es verdad, si Elfangor tenía las narices de liarse la manta y tirar palante con el webcómic que le hacía ilusión crear no hay razón para que otros no se atrevan también. Hoy en día la frase sería “Si Chica Solidaria puede, tú también”, pero ahora somos más de quejarnos de que no tiene derecho a que Cano le pagase un banner o una mierda así. En eso hemos ido a peor, fíjate.


La mujer lobo

Otra obra de darkhan, el autor más solicitado por la gente cuando ofrecí hacer una reseña (y me endilgaron diez). Este va de que una chica en el monte se transforma en mujer-lobo por la luna llena, se cruza con un montañista, intenta merendárselo, a este se le pone dura yoquesé por qué y ella se lo chinga. Es gilipollas con ganas, pero he visto guiones peores de gente que vive de hacer estas cosas. Lo chungo es que en un cómic porno si bien a la gente le importa un bledo la literatura, no perdonan tanto el dibujo. Para empezar no sabe cómo es la boca de un cánido y la tiene al final del morro con una lengua fina y kilométrica que siempre está fuera, haciéndola más cercana a la mujer-oso hormiguero que a la mujer-lobo.

Imagen 2

También dibuja una vagina cuyos labios menores salen hacia fuera cual lengua de xenomorfo de Alien en busca del pene para morderlo, pero eso ya no puedo ponerlo aquí. Que no saber cómo es la cabeza de un lobo, pues hasta puede tener un pase, pero dibujar guarradas sin saber cómo es una vagina es de traca. Por otro lado, los cómics originales de Drawn Sex eran todavía peores en eso y la gente pagaba por la suscripción.


Sonichu http://archive.sonichu.com/cwcipedia/index.php?title=Sonichu_Comic_Collection

Eterno candidato a peor webcómic del mundo junto a Concession y el único caso de webcómic que conozco que fue publicado en una wiki. El dibujo es de niño de cuatro años y va de que Pikachu y Super Sonic chocan y se fusionan en un único ente de erizo amarillo con orejas y cola de Pikachu y de paso sale un arcoiris disparado, le da a un Raichu y se transforma en Amy Rose con cola de Pikachu y novia de Sonichu. A partir de ahí va de que le rascan la espalda al autor, le llaman padre, viven en una ciudad que se llama como él y le buscan novia. En la vida real, quiero decir. Intentan convencer a las lectoras de que tengan una cita con el autor. Por cierto, el autor no tiene doce años, tiene treinta. Ah, también sale Shadow, que es un clon de Sonichu hecho con Coca Cola sabor cereza. Y luego está el porno, madre mía.

Sonichu es una de esas cosas que tienes que ver para entender y jamás te imaginarías las cosas que hace el autor. Cosas que hace en serio, pensando que son buenas ideas, no en plan de coña. Lo más parecido en este mundo es el cajón de dibujos de un psicólogo infantil, comparación adecuada cuando te das cuenta de que las aventuras y los villanos de Sonichu paralelizan sus peleas y discusiones en la vida real. Como la vez que puso carteles buscando novia en un campus y eran tan perturbadores que la policía aceptó una denuncia por delincuente sexual y tiene prohibido volver a acercarse allí.

Es un fenómeno irrepetible que todo el mundo debería ver al menos una vez en su vida. Es algo especial. Es un tesoro de la humanidad. Sonichu es una de las demostraciones de que no, no existen los consejos demasiado obvios para hacer cómics y que nadie nace sabiendo las cosas básicas. Aunque este nunca aprendió nada.

Ya sólo quedan Ava’s Demon y Purple Pussy de las cosas que pedisteis. ¿Emocionados? ¡Venga, que volveré a hablar de webcómics buenos! Espera, que lo que os gusta es cuando hablo de los malos. Hmmmm…